Diario de una paloma.
Creo que París no está preparada para nosotros. Es mi conclusión.
Mis cavernícolas son adorados por sus profes, prometido, pero vaya viajecito…
Ayer en el avión, se les tuvo que llamar la atención varias veces porque ocupaban el pasillo y digamos que su tono de voz no era el más adecuado para un lugar cerrado.
Eso sí, por la alimentación no os preocupéis. Hubo gente que, de las 4 horas del viaje, estuvo masticando 3h y 50 minutos.
Antes de despegar, tuvimos la primera joyita de mis niños guapos y hermosos:
Mientras el avión rodaba por la pista:
- Vamos para allá. ¿No se despega para el otro lado?
- Ah claro, que el avión tiene que dar la vuelta porque Francia está para allá….
Estaban alteradísimos. Fruto de los nervios entendemos, pero muy acelerados y emocionados.
Pero nosotros también la liamos a veces…
Al bajarnos del avión, un niño me entrega un tlf que estaba en el suelo, y lo guardo a ver si alguien se da cuenta… Cuando estamos esperando las maletas, en mi cabeza se enciende una luz. ¿Y si no fuera nuestro?. Tal cual. Era de un francés que viajaba con nosotros. Menos mal que pasaba el azafato justo por allí y se lo di…
Ya en la guagua, que era solo para nosotros, silencio total. Todos concentrados en sus tlfs o charlando con voz de persona normal, sin gritarse.
La llegada al hotel también tuvo sus cosas. La guagua rozó en un poste, luego no le abrían el parking para salir… En fin, cosas que pasan.
Como las habitaciones ya estaban repartidas, todo fue más rápido. Hasta que no les dimos la fianza no nos entregaron las llaves y nos avisaron que por armar escándalo, les quitaban la fianza también
Tras una revisión por las habitaciones, y 23 puertas que se abrían y cerraban al instante al vernos en los pasillos, la noche empezó bien salvo el pequeño incidente de las 5:30 llamando a las puertas para irse corriendo… Cosas de niños, muy niños.
El primer día amanecimos con el mosqueo de los toques en la s puertas pero nada grave, Parece que todos bajaron a desayunar y comenzamos nuestra andadura por tierras galas, por Lutecia.
Primer metro que cogíamos y, la verdad, no fue tan mal. Eso no quiere decir que el viaje fuera tranquilo. La estación en la que debíamos cambiar estaba cerrada porque el Presi daba un discurso por allí, y tuvimos que coger un tren más y dar un rodeo que nos hizo perder más de media hora.
Llegamos al Louvre, fotitos y explicación del patio. Un alumno descubrió allí su amor por las palomas, porque dice que “es que estas son francesas y las de allí son majoreras”.
En Las Tullerías les dejamos 45 minutos de tiempo libre para que llegaran al otro lado y al llegar a Los Campos Elíseos, otra sorpresa. Aún estaban cerrados por el discurso del presi. Sin embargo, no todo fueron malas noticias. Nos dijeron que ya iban a abrir y fuimos los primeros en entrar a la Avenida más importante de Francia con 0 coches y con 0 personas. ¡¡¡Nos hicimos fotos en el centro de la carretera de los Campos Elíseos!!!!!! A los 20 minutos ya era un hervidero de gente y de coches.
Más o menos a la mitad, les dejamos 2 horas libres para comer y hacer compras. Sí sí, hacer compras en los Campos Elíseos, y compraron: perfumes, cosmética, zapatillas, algo del Fnac… Estos no llegan al domingo.
Y llegó la primera pérdida de personal. Para llegar al Arco del Triunfo, se pasa por un subterráneo. A la mitad más o menos, subes unas escaleritas y ya estás a los pies del Arco. Total, unos 150 metros. Pues bien, 5 niños iban conmigo y el resto de la expedición se pasaron las escaleras y cruzaron al otro lado. Luego decían que no les apetecía volver, que nos esperaban allí, Mi orgullo actuó y les obligué a que cruzaran de nuevo al Arco y, una vez allí, volver a irnos por donde habían venido. Ya ni vieron el Arco ni les explicamos, porque este trasiego tan simple nos hizo perder más de media hora. Cuando las cosas se hacen sin ganas…
De camino a la Torre Eiffel se ha convertido en una pequeña tradición parar en un frutería de la calle Klébert. El año pasado los dejamos sin botellas de agua. Entre fruta y agua, hace el hombre su agosto con nosotros.
Ya en Trocadéro, hicimos una foto de grupo y bajamos pa la Torre. Como también es ya costumbre, los subimos por las escaleras (669 escalones hasta la 2ª planta). Desde que les repartí las entradas hasta le pilar de salida, uno ya perdió su ticket (volvió al baño y lo encontró allí). Antes de llegar a los 50 escalones, me encontré otra entrada en el suelo. Sin esa entrada, alguno no pudo subir a la última planta.
Tenemos 2 niñas medio lesionadas de una pierna y subieron con una profe por el ascensor.
Les dejamos 2 horas también para que subieran y exploraran y sobre las 7:30 volvimos para el hotel.
Estaban muertos. Encima, para coger el metro tuvimos que andar otros 25 minutos.
Les mostramos el supermercado, burger king, kebab y pizza cerca del hotel y compraron de allí. Yo los esperé fuera para acompañarlos y todos en el hotel a las 9:30 más o menos.
Por aquí entramos. Mordor
Muuuuuchas gracias. Son ustedes los mejores. Algo fantástico para nuestros hij@s.
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