Diario de a bordo. Cuarto día y la tropa va decayendo.
Hoy conseguimos infiltrarnos en los campos de entrenamiento de tropas galas. Visto el despliegue de armamento, vigilancia, tácticas y de soldados que tienen, esto ya roza lo imposible.
Por la mañana ya tuvimos un sabotaje, pues desapareció el comunicador de una soldado, y sospechamos que fue para piratearnos las comunicaciones, así que las restringimos al mínimo.
Creo que mis soldados añoran el gofio, pues cada mañana los noto más faltos de energía, sin tirón, con ansias de rendición. El transporte hoy fue completamente falto de entusiasmo. Como si fuésemos a un velatorio o a un examen de matemáticas. Olía a derrota.
En el campo de entrenamiento no nos fue difícil infiltrarnos. De hecho, demasiado fácil. En menos de 30 minutos ya estábamos en marcha y preparados para la jornada. Ordenamos a la tropa dividirse para no llamar la atención (aún en pequeños grupos, la llamaron mucho) y los capitanes paseamos por el campamento para evaluar sus defensas y analizar los posibles puntos flacos del campamento.
Solo encontramos uno: el café. Ofrecen cafés que no saben preparar.
Nos consta que nuestra tropa probó todos y cada uno de los artilugios ideados para el combate, tanto de defensa como de ataque: naves ultra rápidas, vagones que suben hasta altura inimaginables, vehículos que giran sobre sí mismos para evitar los cañones, incluso transportes híbridos que, si bien no impedían mojarse al guerrero, nunca se hundían.
Pudimos trabajar muy bien ya que hoy no era un día de mucha afluencia: hoy solo contaban con algo menos de 6000 guerreros, aunque el viernes pasado acudieron 24.000 a las maniobras. Nos contaba un intendente que llegaron a acoger a 26000.¡26.000 guerreros armados y dispuestos a todo más los que no estuvieran ese día…. ¿Por dónde pensamos atacar nosotros a semejante monstruo?
Encima, creemos que han absorbido a parte de la tropa, pues algunos volvieron incluso con regalos. Así no se gana una guerra, aceptando regalos del enemigo.
Conseguimos imágenes de sus comandantes, pero no creo que sirva de nada. Son irreductibles.
Pues tal y como os cuento, “sólo” había 5 o 6000 visitantes, y eso es una cantidad muy baja. Teniendo en cuenta la afluencia del viernes pasado con 24000. Salimos del hotel más o menos a la hora prevista y nos dio tiempo a ir a comprar al supermercado la comida. Una vez en el Parque dejamos las mochilas en dos carritos y libres hasta las 14:00. Nosotros primero un café y ya a disfrutar de la adrenalina. A los niños casi ni los vimos. Nos cruzamos unas cuantas veces con algún grupito, pero tuvieron el mínimo contacto con nosotros. Los veíamos, nos contaban en lo que se habían montado y lo que se habían mojado (a ritmo de Monster o Redbull, agitadísimos) y seguían a la carrera.
Tuvimos colas muy asequibles, siendo el máximo tiempo de espera de 30 o 35 minutos (el máximo… en muchas otras, solo esperábamos 10 o 15) y eso es de agradecer.
Este año se estrenaba una nueva atracción, “TOUTATIX” y creo que es la montaña rusa más fuerte en la que me he montado…. Espectacular.
A las 14:00 almorzamos todos juntos y otra vez a correr por ahí hasta las 18:00. Que sepáis que volvemos 53 o 54 pasajeros, con los peluches gigantes que se trajeron del Parque.
A las 18:00 cierra el parque y ya de camino al hotel. El autobús parecía vacío. Más muertos que vivos estaban.
Mi pega personal del parque: No puedes ofrecerme unos cafés deliciosos en la carta y que ningún camarero sepa prepararlo…. ¿Cómo me vas a hacer un “ICE LATTE MACCHIATO” sin hielo???? Pues dos veces lo mismo.
En resumen… Muy buena jornada.
Me viene a la mente cierto poema legendario…
Siento el aire en toa la jeta
Cortando el viento cual saeta
Voy montado en un raíl.
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