Martes 26.

 ...Y en un abrir y cerrar de ojos, las playas se hicieron bosques y la Gran Dama de Hierro nos dominaba desde las alturas...

Diario de A bordo. Jornada 1.

 Fueron 44 los expedicionarios que partieron de tierras majoreras con incierto rumbo e ilusiones en el equipaje. Para algunas personas, como primer viaje, no está nada mal subir a un avión en Fueteventura y bajarse a pocos kilómetros de la Ciudad de la Luz. 

Los 3 comandantes, armados de paciencia y suma tolerancia hacia el "empanadismo", guiaron al variopinto grupo a través de kilómetros de asfalto y bocinas desafiando las continuas preguntas del tipo: ¿Cuánto falta? ¿Cuándo llegamos? ¿Esa es nuestra guagua? ¿Por qué no para? ¿Falta mucho? ¿Cuánto falta? (BIS)...

Los 3 comandantes

La partida fue bastante llevadera: tripulación puntual, subida a la nave sin mayor contratiempo, respeto absoluto por el descanso ajeno y por las plazas asignadas.... A la llegada, tras un inesperado retraso con el equipaje, caminamos 20 minutos hasta un punto de encuentro que no era y tuvimos que esperar más de media hora. En fin, cosas del directo.

Un ratito de espera

Mi tripulación

Una vez repartidos los camastros, introdujimos a la tripulación en el apasionante mundo del transporte subterráneo y visitamos el almacén de víveres (al mismo tiempo que cientos de autóctonos del lugar, lo que provocó largas esperas). Ya con los víveres enn nuestro poder, volvimos a la cueva y dimos cuenta de tan sabrosas pitanzas. 

Camastros distribuidos.

Pues eso... el día fua bastante bien. Después de la cena, una reunión informativa sobre el día de mañana y pal camastro.... 

Son casi las 11 y aún no he recibido ninguna llamada de alerta... crucemos los dedos. Encima, el teléfono no está en la mesita de noche y tendría que levantarme para contestar... me los como. 

Dato curioso:  a pesar de tener el Mcdonald's en la puerta, todo el mundo ha comprado cosas del supermercado...

Frases para el recuerdo: 

- Ah profe... pues no hace tanto frío como pensaba  (cuando aún no se habían abierto las puertas del avión)

- Profeee (al otro profe), ¿Tú como te llamas?

- Yo  me llamo como él (señalándome a mí)

- Ah, te llamas Juan... ¿Y también te llamas del Baño?

¿Habrá algo más francé que el embutido Argal... Eso cenaron algunos.

Tras varios intentos... esto fue lo mejor que saqué...