Diario de a bordo, día 3.
Queridos majoreros, queridas majoreras. Olvidad la conquista. Se la batalla no se libra de noche, o si esta tropa tiene que caminar para la lucha, estamos perdidos. Finiquitados. Vencidos. Huidos…
Mi tropa no puede más. No sé que entrenamiento habrán tenido pero a la mitad de la misión ya quieren volver al campamento. Si tuvieran que luchar, se echarían en brazos del enemigo suplicando un descanso. Así no podemos conquistar ni Alegranza.
Por si fuera poco lo expuesto anteriormente, hoy tuvieron la desfachatez de dejar a los capitanes fuera del embarque. Durante la travesía, en vez de estar ojo avizor, la mitad se durmió. Cada parada, encuentro a 15 por el suelo. La primera vez pensé que los habían herido. La segunda que se intentaban camuflar ante una posible emboscada…Hoy vi que era por pura vagancia. Eso sí, comen como si fuesen los mejores gladiadores del circo. No nos va a salir nada rentable el tema.
Pues por la mañana salimos con el horario previsto. Justo hoy que no teníamos nada reservado…
Fuimos al mercadillo de las pulgas (Marché aux Puces) y ya hay 3 o 4 chiquillos que se atreven a llevarnos por el metro sin ningún problema. Hay otro puñado que saben, pero no quieren hacerse responsables. Y queda un último grupo que aún esta tarde no sabían a qué estación teníamos que volver ni cuál era nuestro metro. En fin Serafín….
Hoy tuvimos un pequeño descontrol.. Siempre les recalcamos:
- Somos muchos. Hay que repartirse por las 3 puertas del vagón o en vagones diferentes con los profes. Los profes nos quedamos atrás para entrar cada uno en un vagón si entran en varios. SIEMPRE, EN TODAS LAS ESTACIONES, TODOS LOS DÍAS, EN CADA SUBIDA AL METRO tenemos que gritarles que se separen, que usen las demás puertas…. 20 intentan entrar por una puerta, y los demás sí que se reparten en varias…. Pues hoy ha sido el no va más. A parte de que esa parada fue muy corta, creo que intentaron entrar 35 por la misma puerta. Los profes intentamos tirar de ellos hacia otras puertas pero era como una evacuación de emergencia por fuego y todos empujando. Era como meter un huevo por un macarrón. El final y lo conocéis: Los 3 profes y varios alumnos nos quedamos en tierra. Como ya sabían el nombre de la estación, les dijimos que nos esperaran allí y tuvimos un grato recibimiento.
En el mercadillo, les dejamos 2 horas libres y volvieron con mucho menos dinero. Se compraron zapatillas de deporte, camisetas de fútbol, regalos, más camisetas, algún chándal, otras camisetas, más zapatillas…. (Alguien compró 3 pares)… ¡Y una guitarra!!!!
Decidimos ir caminando hasta el restaurante (no llegaba a 2 km) porque vimos que pasábamos por la panadería de Ladybug, que tanto follón nos han dado… Pues ni puñet… caso. Por lo menos así vimos el cementerio de Montmartre y lo peculiar que puede ser.
Solo por curiosidad… ¿Cuanto costarán las casa de atrás? Tiene fabulosas vistas al barrio de los calladitos. Me gustaría ver cómo lo anuncian…
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